A menudo escuchamos ruidos sospechosos en nuestro coche. Hay que estar muy atentos y sirve de mucho estar familiarizado con los síntomas que implican esos sonidos. Sin duda, prevenir ciertos comportamientos cuando detectamos esos sonidos puede ahorrarnos dinero en el taller, y sobre todo, evitar posibles accidentes.
Cuando al pisar el pedal del freno, por ejemplo, identificamos sonidos como un crujido o un rozamiento debemos ir al taller ya que todo apuntaría a que habría que sustituir las pastillas de freno por unas nuevas. No obstante, ciertos vehículos modernos van equipados con una tecnología que advierte del desgaste excesivo de las piezas del sistema de frenado.
Otras veces solemos localizar un sonido estridente en la parte delantera de nuestro vehículo y ese síntoma suele estar muy relacionado con algún mal funcionamiento de las correas. A veces, es el frío o la humedad la causante de este sonido.
No obstante, para asegurarte y quedarte más tranquilo/a .. puedes visitar tu taller habitual y allí te podrán confirmar la existencia o no de un problema serio.
También es importante comentar que si el motor está arrancado y el sonido emitido al ralentí es diferente al habitual, es probable que pueda necesitar cambiarse los filtros del aire y del combustible.
Por último, nos referiremos también a ese sonido del motor que una vez arrancado se constata que es lento. Es muy probable que la batería se esté agotando. Hay que recordar que en invierno la batería suele dar más problemas.
Pero insistimos, ante cualquier duda o necesidad acuda al taller. La vida del vehículo y su propia seguridad está en juego!